Te diría tantas cosas
que me da hasta vergüenza.
Por pensar que no vienen a cuento,
o que podría ser pasajero.
Te digo,
cuando lo digo,
un trozo
de un sentimiento;
Porque se me quedan atrás las palabras,
se contrae el estómago,
se acelera mi cerebro.
Como viniste no te irás,
al menos cuando pienso
que en mi caso no será;
y que entre los dos
hubo entendimiento
y complicidad
y contacto
y revuelo en mis entrañas
y sonrisas a destiempo.
¿Una lágrima?
y un beso.
Un abrazo
o un "lo siento",
todo ello
es porque importas
al ala izquierda de mi pecho,
que le has calado,
que me haces fuego
y te prendía tu cuerpo entero.
Ahora que marchas
y "ya nos veremos"
se cuajará al tiempo
el poso
de tu recuerdo.
Me alegro mucho
y quedo contento.
De tí,
en mi cabeza,
lo bueno.
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