"Una luz roja, potente, y tu pelo rizado suelto, cayéndote.
Una alarma sorda: algo se afloja... el cuerpo lo entiende
a la perfección, de pupila a pupila, y de grieta en grieta
de tus labios, comisura a comisura de un espacio privilegiado.
Pero me gustan más tus ojos, claros y divertidos
parecen curiosos y comprometidos...
No te hablaré de tu cuerpo, no lo he visto respirar
sin el ahogo de las gomas, ya se intuye en la silueta
que dejaría bocas abiertas de quien quisiera devorarlo pieza a pieza."
Mientras seguíamos hablando, volví a la conversación.
Ni luces rojas ni miradas frágiles, igual no es buena educación
hablar por hablar con personas, y que vuele la imaginación...
1 comentario:
Deja que vuele tu imaginación, no le cortes las alas. Siempre es mejor un buen sueño que permanecer en una absurda realidad...
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