11/9/10

Hasta siempre pequeña gran bolita roedora.

Y ahora estás en esa otra vida a la que también acceden los animales, te portaste bien y espero que tengas siempre agua fresca y pienso, o mejor hojas frescas, y sitios por los que corretear sin peligro alguno de que vengan perros.

Me han dicho que te has despedido muy solemne, con síntomas de edad avanzada, que apenas te moviste en días y que han usado una jeringuilla para darte agua en estas calurosas tardes de septiembre, este fue tu último verano, también el mío contigo.
Me despedí de ti aquel día, estabas detrás de las tablas, ya fuera en el patio, solo quise hacer lo que había hecho desde que eras una bolita en mi mano, acariciarte bajo los ojos, y alrededor del hocico, y hacia las orejas. Aquella tarde ya era evidente tu desmejora, Sentir que temblabas y sentir una honda sensación de que algo en tu interior oscilaba, aquello era una vida que hacia cuentas con el pasado.

Me han dicho que Te hicieron un camastro a la sombra de un árbol, porque ya no te movías, y que habías muerto ya por la tarde.
Se que ahora descansas en el patio, donde te gustaba bajar solo de paseo, para volverte luego al taller a seguir con tus cosas. Siempre estarás allí y siempre estarás aquí.
Pondré un árbol que dé sombra, allí donde estés descansando. Y me acordaré que un día, estábamos los dos encima de la tierra,de esa tierra, respirando ese aire y olisqueando esas hierbas.
Hasta siempre piam piam, buny, el maravilloso conejo del taller.